La Mediación Familiar es una vía de resolución de conflictos alternativa a la vía legal y que evita el procedimiento judicial, en el que las personas implicadas en el conflicto aceptan la intervención neutral y cualificada de una tercera persona mediadora especialista que facilitará que encuentren por sí mismas un acuerdo aceptado por las partes y duradero, considerando las necesidades de cada uno y en especial de los menores implicados.
Introduce una lógica positiva en la resolución de los conflictos familiares que evita su agravamiento y propicia que las partes puedan llegar a asumir el compromiso y la voluntad de autodeterminación de sus vidas, disminuyendo o eliminado la desconfianza y la confrontación entre los miembros del grupo familiar.
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